El año pasado en agosto publicábamos un análisis sobre las consecuencias reales del cierre de Fibertel en Argentina (ver El mercado de banda ancha y encima el Fibergate), según publicó La Nación el domingo pasado “un documento oficial reconoce expresamente que Fibertel es un operador minoritario en un mercado controlado por Telefónica y Telecom” lo que avalaría lo que se pregonó desde varias consultoras que analizamos el mercado de tecnología y telecomunicaciones de Argentina que si desaparecía Fibertel el mercado se quedaba sin el único competidor de las telefónicas con poder, en detrimento de los clientes y que no iban a poder abastecer con la infraestructura actual a los que se quedaran sin el servicio.
En la Argentina los usuarios de Internet mostraron gran crecimiento en los últimos años, estimando en 22,1 millones a diciembre de 2010, o sea un 55% de penetración sobre la población total (ver completo). Pero ciertamente marcando un techo para este año por varios puntos, cantidad de PCs en hogares y la disponibilidad de ancho de banda en localidades menos pobladas ya que el resto adoptó está tecnología. A la pelea política que ciertamente no benefició a los clientes, hay que agregar que hace unos días siguiendo con la política de frenar importaciones y sustituirlas, se anunció que se grabarán las notebooks importadas buscando que se fabriquen en Tierra del Fuego. Pensando en un crecimiento a futuro de la cantidad de PCs (desktop, notebooks y netbooks) conectados en los hogares esta medida sin duda es hacer retroceder la conectividad, habida cuenta de la participación creciente de estos equipos móviles en el último tiempo frente a las PCs de escritorio.
Esperemos que la medida no llegue a producir lo que está pasando con la carne que de tanto presionar luego faltan productos y los precios suben sin freno por ese mismo faltante. Paliando la situación con subsidios cruzados que distorsionan la economía.