En la oficina, en casa o desde un Smartphone da igual: cada vez que accedemos a nuestra casilla de email nos encontramos inundados de correos empresariales, acciones de marketing y tantos otros, que no hacen otra cosa que distraernos y enlentecer nuestra navegación. Sin embargo, estas acciones tienen un fundamento que consiste en, tal como se explica en el articulo “Why marketers should keep sending emails (McKinsey)”, que el envío de emails funciona: es cuarenta veces más efectivo que Facebook y Twitter para conseguir clientes y empuja las ventas tres veces más que las redes sociales con un valor de compra un diecisiete por ciento más alto.
Los autores explican tres pasos clave para lograr que una campaña sea efectiva:
1) Enfocarse en el viaje y no en el clic: las empresas suelen crear emails atractivos que logran interesar al usuario pero el enlace lleva a una página básica o difícil de navegar, generando que el usuario se pierda y abandone el sitio.
El clic no es la meta, por el contrario, el mail es apenas un paso en un camino dónde la meta es lograr la conversión del usuario y retenerlo como cliente.
Se debe prestar atención a su adaptación a dispositivos móviles ya que hoy en día el cuarenta y cinco por ciento de los emails se abren desde un Smartphone.
2) Compartir las lecciones: ¨…las mejores organizaciones ven cada e-mail como una oportunidad para aprender acerca de sus consumidores…” explican acertadamente los autores, y definir pautas claras para cada campaña compartiendo información con distintas áreas de la empresa constituye un punto clave para lograr que los e-mails sean efectivos.
3) Acercarse al cliente: e-mails personales son más efectivos pero hay que tener en cuenta que crear tales habilidades de segmentación y personalización requieren de determinadas capacidades y estructura; las empresas deben utilizar toda la información disponible para crear una visión única del cliente.
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